En un bosque, el yokai zorro »Yahiko», encuentra a la pequeña yokai, Kinako. Sorprendida se asusta ante Yahiko. Sin embargo, ambos se hacen amigos a lo largo del tiempo que pasan juntos jugando. Una vez en el templo que dirige el padre de Zenko. Yahiko y Kinako la pasan jugando. El yokai zorro regresa a su versión transformada. Por lo que, Kinako desea transformarse, pero solo logra transformar sus orejas.
Yahiko está dispuesto a enseñarle cómo ejecutar tal técnica. De pronto, Kinako está al borde de desaparecer. De inmediato, acuden a Abeno y Hanae. El caso no parece tener solución. No obstante, Hanae escucha la voz de Kinako, pues resulta que la transformación del pequeño Yokai consumió bastante de su energía. El caso es que logró recuperarse al comer. Yahiko solicita en que lleven a su amiga de vuelta al inframundo donde pertenece.
Debido a que no será seguro para ella permanecer en el mundo de los humanos. Kinako no desea retirarse y mucho menos sin Yahiko. El caso se densa, pero no le queda de otra. Hanae piensa en los sentimientos de Kinako, cuando nadie más lo hace. De tal forma, que se decide posponer un día el exorcismo de ella, para que pasa más tiempo jugando con Yahiko. Sin notarlo el día llega, y antes de la partida de Kinako hacia el inframundo, Yahiko y ella juegan.
Al atardecer, Abeno llega y convoca las puertas del inframundo, Kinako se despide, mientras Yahiko aborrece las despedidas. No obstante, Hanae hace que no le quede de otra que despedirse y ambos amigos se despiden. Aunque Yahiko no vuelva a jugar con ella, prefiere verla sana y salva fortaleciéndose a que corra peligro en el mundo humano. A pesar de que con ello implique jamás regresen a reencontrarse.
Nota Final
Episodio cargado de escenas bien enternecedoras entre la amistad entre dos youkai. El espíritu zorro de Yahiko a dado a conocer su lado maduro. El cual siempre actúa bastante infantil y juguetón. Sin embargo, de igual manera, es sabio a la hora de optar por lo más conveniente, concerniente a su amiga, Kinako. Por más que ambos deseen siempre permanecer juntos y divertirse, la debilidad de la pequeña Kinako como Youkai no le podrá permitir continuar entre los humanos.
Tanto las escenas divertidas, como las tristes despedida. La trama tuvo buen trayecto con la ambientación. Así, como la fluidez del caso en el que lo mas antes posible se debía exorcisa a Kinako. Sin embargo, había algo con la que no contaba nadie con excepción de Hane. Siendo la más conveniente tanto para Yahiko como para Kinako y es percatarse de los sentimientos del otro. Pues gracias a Hanae. Abeno ofreció un dia mas como oportunidad para que los dos Youkai jugarán…
Tanto como podía antes de Kinako partir hacia el inframundo. Un recuerdo atesorado para ambos espiritus que difícilmente podrán olvidar. Aunque jamás vuelvan a verse.
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